Como ya les he dicho a los que me preguntan (y creo que sobra decir que son muchos, por no decir todos), de Lima no se extraña mucho. De hecho, lo único que extrañé a penas llegué, fue la playa. Me inquietaba la idea de no tener el mar cerca durante un año, o más. Aunque bueno, igual aquí el mar está al costado, pero lo ves y más parece el Rímac en temporada de huaico. Luego, por un buen tiempo no extrañé nada más, hasta que caí en un restaurante peruano y me topé de nuevo con la bebida de sabor nacional. Acordarme de que existía la Inca Kola fue devastador e inició una reacción en cadena que, si no fuera porque soy bastante despegado de las cosas y las costumbres, podría haberme llevado de vuelta a Lima. Después, hace poco (tal como ya me lo habían advertido algunos compañeros ex-autoexpatriados) me entró el feeling por la familia, los amigos, los sábados, los domingos, mi casa (bueno, ex casa), etcétera, aunque todo eso hasta ahora lo manejé bien. Pero hoy no. Hoy No Writer me ha puesto una dura y difícil prueba. ¡¿Cómo hago para no extrañar a Phillip Butters?! Qué cague de risa. Eso de que "uno no aprecia lo que tiene hasta que no lo tiene" vale hasta para la TV peruana. Increíble. Grande Phillip, I miss you.
miércoles, 18 de julio de 2007
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1 comentario:
jajajaja!! sin dudas, philipp butters es un cague de risa...
el gordito es un MUST!!!
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